“Te nombro, mi niño…”, es la primera frase del libro. Y la imagen, un hombrecito sembrando en un inmenso campo azul que parece, a su vez, sembrado de estrellas. Y a medida que pasan las páginas, el campo se va transformando y de él surgirá la madre acariciando su vientre: “Te quiero mi niño, te nombro mi sol”.